La ciudad romana de Clunia ya entre los años 14 al 37 d.C. ya tiene estatuto de municipio donde se acuñan monedas con la efigie del emperador (entonces Tiberio) y los magistrados de la ciudad. A mediados del siglo I ya es capital de unos de los conventos jurídicos de la Hispania Tarraconensis.
En ella se refugia Galba cuando se subleva contra Nerón y en espera de ser nombrado emperador crea la Legión VII Gemina. Posiblemente de esta época sea la denominación de Sulpicia, que fuera concedida por Galba cuyo nombre era (Servio Sulpicio).
En documentos de Plotomeo en el siglo II ya aparece citada como colonia. Según el estatuto político romano las colonias solo lo disponían algunas de las ciudades del imperio y tenían mas prestigio al ser sedes de magistrados y tener supremacía religiosa.
A finales del siglo VII que pervive comienza su declive desapareciendo en época visigoda.
En la entrada tenemos un pequeño museo en donde podemos ver varias piezas recuperadas en la excavaciones como la escultura de la diosa Fortuna y otros objetos procedentes alguno de ellos del teatro.
De los mosaicos que podemos disfrutar en nuestra visita decir que en alguno de ellos podemos distinguir el espacio recuperado del original por el color mas claro de sus teselas.
El teatro el cual podemos ver desde la carretera de acceso decir que tenia una capacidad para 20.000 espectadores, la ciudad no contaba con esos habitantes pero venían de otros lugares del convento.
Como se aprecia estaba construido en una cavidad natural y parte de su graderío tallado en la roca. La escena estaba compuesta por dos pisos de columnas corintias y en su parte superior un tornavoz inclinado de madera que facilitaba la llegada del sonido a todos espectadores.
En el siglo II fue transformado para su uso como anfiteatro para espectáculos con fieras y luchas.