Algo que en todas parte encontramos en un museo etnográfico es las cocinas propias de la zona y la de esta zona burgalesa era como vemos. El fuego como se ve no se hacía en el suelo si no en una construcción conocida como trébede.
Al entrar vemos un recipiente, que en la ultima foto de la cocina se mejor, usado para conseguir la mantequilla.
Vemos dos armarios o basares donde guardar la loza, aceiteras de diversos tamaños, pucheros y cazuelas de barro, una caldereta de bronce, un pote y sobre la chimenea morteros, almireces y un rodillo de amasar.
Algo que tampoco había visto nunca era el mueble donde en una pila de piedra porosa se depositaba el agua para quitar la cal la cual caía en la tina dispuesta abajo.
Cuando no existían los frigoríficos algunos productos se guardaban en este tipo de armario cuyos laterales son de maya tupida para no entrar las moscas conocido como fresquera, solía estar en lugar oscuro.
Sobre ella vemos un antiguo fumigador domestico no solo para las moscas también otros insectos.
No siempre la elaboración del pan fue por unos tahoneros o panaderos o de forma industrial que conocemos hoy día. Si se podía usar la balanza conocida como romana no muy evolucionada desde que los romanos la usaran por primera vez. Pero lo que creo no usaran eran los molinos de aquella época histórica o anteriores como los que vemos.
Lo que si veo probable usaran son los hornos de barro como el que vemos y que aún se usan en algunas casas para asados de consumo propio.
Durante siglos fue una costumbre la crianza de cerdos en casa para consumo propio elaborando un buen numero de elaborados para su consumo durante el año.
En este tipo de recipientes llamadas artesas se hacían las mezclas para la elaboración de productos como la morcilla ( arroz, cebolla, sangre, manteca y especias) o el chorizo ( carne magra, tocino, sal, pimiento y otras especias).
Productos como el chorizo y lomo, costillar o panceta adobados se guardaban en ollas con aceite la cual luego se usaba para la elaboración de jabón casero.
Las morcillas se cocían por tradición en caldereta de cobre pero de tener cualquiera era usada. Decir que era el único producto que se comía en el acto.
La ganadería ovina también tubo gran presencia en la zona y se solía hacer queso de una forma muy tradicional y uso propio principalmente. Para darles forma se usaban moldes metálicos, cerámicos o cinchos de esparto en los que se introducía en telas la cuajada deshuesada y prensando para que suelte el suero que manualmente no se pudo. Pasado unos días se desmoldaba y se dejaba en agua con sal, antes de dejar madurar.
La obtención de miel no era como en la actualidad con las colmenas en cajones con panales que después de quitar una capa de cera se centrifuga.