Comienzo este segundo articulo sobre el Hullero o tren de La Robla con los asientos de las diferentes clases de vagones; los de primera clase parece que se llevaron el sillón de casa, la diferencia entre los de segunda y tercera es prácticamente el reposa brazos en los laterales. Se supone que el interior de los vagones también tendrían sus diferencias, como existían en las tarifas.
Abajo vemos la impresora.
En los vagones, tanto en el interior como exterior, se podían ver una serie de carteles que alguno aun los podemos ver en la actualidad, quizás es que en alguna cosa seguimos comportando de la misma manera.
Dado la duración del trayecto de un lado al otro de la línea férrea y que el combustible era carbón, los trabajadores idearon para hacer una comida caliente y nutritiva lo que se conoce como "Olla Ferroviaria". De este utensilio de cocina tenemos tres ejemplos, los dos de los extremos son lo mas parecido a los originales y el del centro que es un tanto de diseño aunque se pueda usar mas bien parece ser el premio a uno de los muchos concursos que hoy se celebran guisando de esta forma (por el escudo de alguno celebrado en Vizcaya). La olla ferroviaria consistía en un recipiente donde poner el carbón encendido con un puchero como los que se usaban en casa donde se guisaba a fuego lento legumbre o patatas con carne por lo general.
A continuación tenemos un cajón de madera usado como botiquín, donde vemos una lista con los productos que lo componían.
La cinta de cuero que portaban cruzando el pecho los vigilantes que custodiaban las vías.
Elementos de seguridad o que formaban parte de los trenes o herramientas de trabajo del personal de reparación de vías.
No imaginas como me gustan todas estas cosas, Tomás.
ResponderEliminarMuchas gracias por las fotografías.
Un abrazo.
Dejé una nueva entrada en mi blog.
It's fascinating how even the smallest details, like class distinctions in seating or enduring reminder posters, offer such vivid glimpses into both the practicalities and enduring habits of past railway travel
ResponderEliminarHoy tu entrada si me parece preciosa, como todo tu trabajo, y esos interiores que siempre captas tan bien, hoy me llega aún más adentro, estás en mi tierra, León, y hablas de ese hullero al que mi familia está unida, GRACIAS, por contarlo tan bonita, llevo un tiempo algo desaparecida , pero volví y me encuentro con esto, qué bien...ya vi también tus anteriores entradas, y la parte una de este patrimonio precioso del NORTE: Mi abrazotedecisivo
ResponderEliminarEstas fotos documentales son realmente valiosas e interesantes.
ResponderEliminarInterrumpí mi descanso para celebrar la Amistad. A ver si te gusta mi poema.
Saludos cordiales.
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It's fascinating how much thought went into the different classes of seating on the Hullero or La Robla train. It's wild to imagine bringing your own armchair for a first-class trip, and it really highlights the class distinctions of the time. Also, the "Railway Pot" is such a clever invention making a hot meal on a long, coal-fueled journey is seriously impressive. What a resourceful idea.
ResponderEliminarTu entrada sobre el Museo del Hullero II es una joya, Tomás, cada fotografía está cargada de precisión y afecto, y tus textos consiguen que la historia de estos objetos cobre vida con naturalidad y encanto. Eres, sin duda, un admirable narrador de la piedra, del hierro, y de todas esas “viejas cosas” que rescatas del olvido.
ResponderEliminarSi en algo te he incomodado, lo lamento mucho; solo siento respeto y admiración por tu trabajo.
Un fuerte abrazo.
Qué buenas fotos Tomás, sin duda merece la pena visitarlo. Un abrazo
ResponderEliminarLos asientos de primera son muy confortables mientras que los de tercera son simplemente bancos de madera.En esos trenes antiguos , en que se iba muy lentos podías disfrutar las maravillas de los paisajes desde la ventanilla del tren.
ResponderEliminarUn abrazo.