Comienzo este segundo articulo sobre el Hullero o tren de La Robla con los asientos de las diferentes clases de vagones; los de primera clase parece que se llevaron el sillón de casa, la diferencia entre los de segunda y tercera es prácticamente el reposa brazos en los laterales. Se supone que el interior de los vagones también tendrían sus diferencias, como existían en las tarifas.
Abajo vemos la impresora.
En los vagones, tanto en el interior como exterior, se podían ver una serie de carteles que alguno aun los podemos ver en la actualidad, quizás es que en alguna cosa seguimos comportando de la misma manera.
Dado la duración del trayecto de un lado al otro de la línea férrea y que el combustible era carbón, los trabajadores idearon para hacer una comida caliente y nutritiva lo que se conoce como "Olla Ferroviaria". De este utensilio de cocina tenemos tres ejemplos, los dos de los extremos son lo mas parecido a los originales y el del centro que es un tanto de diseño aunque se pueda usar mas bien parece ser el premio a uno de los muchos concursos que hoy se celebran guisando de esta forma (por el escudo de alguno celebrado en Vizcaya). La olla ferroviaria consistía en un recipiente donde poner el carbón encendido con un puchero como los que se usaban en casa donde se guisaba a fuego lento legumbre o patatas con carne por lo general.
A continuación tenemos un cajón de madera usado como botiquín, donde vemos una lista con los productos que lo componían.
La cinta de cuero que portaban cruzando el pecho los vigilantes que custodiaban las vías.
Elementos de seguridad o que formaban parte de los trenes o herramientas de trabajo del personal de reparación de vías.