Torres del Río; Navarra.

  En las fiestas patronales de la localidad donde nací me encontré con una mujer que actualmente vive en Pamplona a la cual hacia años que no veía. Aparte de los comentarios normales en estos casos comente con ella, sus hijas y los familiares a los que veo todos años que la Comunidad Foral era de los territorios que no había visitado animándome a que eso pasaría a la historia.

  En un principio decidí comenzar por la zona de Roncesvalles internándome en Francia a San Juan de Pie de Puerto (Saint Jean Pied de Port) pero a la agencia local no la salían hoteles en la zona y como había poco tiempo y la salieron en la zona de Estella decidí quedarme en esta zona.

  

  Con la información de la que disponía decidí parar primeramente en esta localidad dándome un pequeño paseo por la misma viendo sus casas de piedra alguna de ellas con blasones. Desde la carretera vi un  puente medieval del cual me informaron que para evitar la circulación de vehículos prácticamente lo destrozaron en lugar de colocar unos bolardos de piedra u hormigón.

  Su iglesia parroquial cuyo patronazgo recae sobre San Andrés cuya construcción se data en las tres primeras décadas del siglo XVII en estilo gótico-renacentista de cuyo interior no pude disfrutar.
   Lo que me impacto fue la pila que me encontré en su atrio.

  Quizás en este edificio comenzó la hospitalidad moderna hacia los peregrinos a Santiago de Compostela promovida por D. Ramón Sostre como reza en el letrero en madera de la fachada. Tanto en la puerta como en el fragmento de piedra en forma de concha vemos la cruz templaria, orden relacionada con el Camino.

  Fue una semana muy dedicada al Camino de Santiago ya que la comencé aquí y termine en el Santuario de la Virgen del Camino en León, del que deje muestra del desfile de carros y pendones en el mes de octubre.