Monasterio de Montes Claros; Valdeprado, Cantabria.

  En este idílico lugar entre montañas y con el pantano del Ebro como telón de fondo se encuentra el Monasterio de Nuestra Señora de Montes Claros, que aparte de las estancias monacales tiene una hospedería Albergue y un bar.

  El patronazgo real al monasterio es desde el siglo XIII con Fernando III y siglos mas tarde en concreto en el XVII con Carlos II que mando a los Dominicos cargo del Santuario. 

  Los Dominicos aun lo están regentando pero durante el siglo XIX que fueron expulsados. En la subasta por el santuario y terrenos lo compro la Merindad de Campoo por 105000 pesetas. El año 1880 por un contrato de 1 peseta anual y una misa el día 8 de diciembre lo vuelven a regentar los Dominicos, esa misa es conocida como el sermón de la peseta.

  Deciros que mi visita al templo fue un tanto rápida ya que llegue justo cuando cerraron pero gracias a que un peregrino que llego segundos antes llegado desde la localidad de Arija en  Burgos intercedió ante uno de los padres y nos abrió la puerta.

  El templo cuenta con dos entradas en la que se encuentra a sus pies podemos ver en una hornacina la imagen de Nuestra señora de Montes Claros y por la que se accede a la visita en otra hornacina la que me parece la de San Antonio Abad por el animal sito a sus pies. Ambas me parece de un estilo renacentista.

  El interior como podemos ver es muy austero que no quita una cierta belleza el presbiterio esta presidido por un retablo en el que vemos presidiendo el mismo a Nuestra Señora de Montes Claros. 

  Luego pasamos por la sacristía donde vemos un lavamanos con dos senos para deposito de agua con que lavarse las manos después de la celebración. En este punto comente con el religioso que siempre me pregunte que para que era la pila y desagüe de la iglesia de mi pueblo de nacimiento ya que la pila se usa como lugar de sustento de un armario.

  En otra sala tenemos una muestra entomológica donde vemos diferentes especies de mariposas y otros tipos de insectos.

  Antes de llegar a la cueva de la Virgen nos encontramos un antiguo presbiterio donde vemos un altar con unos antecedentes visigodos.

  En otro lugar cercano podemos ver dos sepulcros bellamente decorados que pertenecen a dos caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén.

  Como punto final tenemos la cueva donde se apareció la Virgen a un pastor al que según la leyenda un toro de su propiedad se quedaba mirando todos días.