Pateando Viveiro, Lugo

  La expresión de "pateando" del titulo no significa que iría dando puntapiés por los edificios de la localidad algo que supongo haría se quedarían mirándome, la use como caminar que es como mejor se conoce un lugar.

  En la zona ajardinada al otro lado de la ría una antigua vagoneta que era trasladada por un cable como un teleférico desde una antigua mina de hierro que estuvo en funcionamiento desde 1889 al 1966. Con este peculiar monumento se rinde un merecido homenaje a todas personas que trabajaron en la misma.

  Para cruzar de una parte a otra de la ría lo hacemos por el puente Mayor o puente de la Misericordia.
  Se tiene información de su existencia desde 1225  conociéndose reparaciones en época del rey Enrique IV en el año de 1462 y quedando con su aspecto actual el año 1455 en el reinado de Carlos I. Aunque a la actualidad solo nos llegaron nueve de los doce arcos originales debido a numerosas actuaciones.

  Antes de adentramos en el casco antiguo podemos ver también ver edificios singulares con sus galerías acristaladas tan típicas de Galicia. Antiguos edificios portuarios o salidas a la luz de parte de su antigua muralla junto a su mercado de pescado un peculiar edificio azul.

  La actual plaza mayor es fruto de diversas modificaciones a lo largo de los siglos, como no podía ser menos presidido por su ayuntamiento antiguo en el cual no vemos un reloj actual si no un bello reloj de sol en el que se representa el escudo de la Villa con el puente mayor y el León rampante sobre el mismo.

  El personaje que vigila la plaza Mayor es el escritor, periodista y político del romanticismo Nicomedes Pastor Díaz Corbelle, Pastor no es apellido ya que se trata de la forma masculina del de su madrina llamada Pastora. Como político ocupo el cargo de Ministro de Estado (asuntos exteriores) entre mediados de julio y mediados de octubre de 1856.

  Muy cercano a la plaza mayor se encuentra la fachada del palacio tardo renacentista del XVII, que es lo único que nos queda de dicho palacio. Se la conoce como "Casa de los Leones" debido a los dos leones que están a ambos lados del escudo de quien fuera su propietarios la familia Ponte Prada y Pardo de la Lama.

  Paseando nos damos cuenta que no se encuentra precisamente en una llanura. 
  En la fachada de un edificio vemos colocada una placa cerámica que nos recuerda que en dicha calle nació la pintora surrealista enclavada en la generación del 27.
  Su implicación con la república con el estallido de la guerra civil cruza la frontera portuguesa y con apoyo de la escritora y diplomática chilena Gabriela Mistral se traslada a Sudamérica donde reside en Buenos Aires hasta su regreso a España en 1962.