Comenzamos el paseo por la calle Mayor y a los pocos metros de la oficina de turismo nos encontramos con esta fachada la cual es lo único que nos queda de lo que parece fue una vivienda de cierta importancia.
Hoy es usado como aparcamiento privado de automóviles y en algún momento su puerta fue la entrada peatonal. Se conserva la fachada por su valor histórico, pero según dijo el guía de la oficina de turismo hay una leyenda por la que nadie de Alcañiz la compraría.
Seguimos paseando y nos encontramos con el edificio que actualmente ocupa la biblioteca municipal. El edificio es un palacio del siglo XVI al que se conoce como "palacio Ardid". En su parte noble se puede distinguir la galería aragonesa, estructura que pervive en la arquitectura hasta el siglo XVIII.
En esta zona de la localidad estuvo asentada la población hebrea durante siglos, por ello vemos calles mas estrechas y pasadizos como el de la foto inferior.
Esta zona se la quiere rehabilitar por el poso histórico que tiene como los almacenes que tenemos en este soportal conocidos como Almudines, que son esos almacenes con entrada de arco de medio punto y que eran almacenes de granos.
Otro lugar que conviene tener en condiciones de ser visitado, no por su importante arquitectura como se aprecia si no por lo que nos recuerdan son los refugios antiaéreos que se usaron en la guerra de 1936- 39. Esta zona estuvo leal al gobierno de la Republica hasta el año 1938 y como se ve sus dirigentes fueron miembros de la Confederación Nacional del Trabajo CNT miembro de la Asociación Internacional de Trabajadores AIT, algo que quisieron dejar plasmado en el hormigón pero tuvieron u error de colocación de las letras.
Algo que también se pueden ver son las reproducciones de billetes de 1- 0,50 y 0,25 pesetas impresas por el Consejo Municipal y ante este cartel el guía nos explico que aquel año habían tenido una muy buena cosecha de aceitunas que los agricultores habían cobrado con dinero impreso por el Concejo Municipal. Ese dinero no fue aceptado por el gobierno sublevado y los agricultores se quedaron sin dinero y aceitunas.
En la plaza denominada De Las Monjas podemos ver algo que por estar cerca de lo que fueron las murallas de la localidad lo asociaríamos a una puerta de las mismas. Pero lo que en realidad es la entrada a la capilla del convento de San Gregorio que las madres Dominicas construyeron el el siglo XVI muy cerca de aquí.