Noviembre 2024; Orbaneja del Castillo, Burgos.

  La localidad de Orbaneja del Castillo es la primera burgalesa que nos encontramos en Los Cañones del Ebro, pero si hay algo que nos fijamos todos aquellos que la visitamos son en las formaciones rocosas situadas frente a la localidad en la margen contraria del río Ebro. Esa curiosa formación en que todos vemos a dos camellos besándose y que la oquedad entre ellos vemos formado el mapa de África.

  Paseando por sus calles vemos que su arquitectura no es muy diferente a la de su vecina cántabra de Villaescusa del Ebro.

  En una vivienda que es utilizada como establecimiento hostelero vemos unos curioso adornos, que son unos yugos a los cuales se ataban bueyes o caballerías para tirar de los carros y unos trillos que eran utilizados para trillar la mies.

  Estos trillos como se puede ver están construidos con tablas gruesas con la parte delantera ligeramente redondeada, para facilitar el deslizamiento sobre la mies que van triturando las lascas de piedra incrustadas en la parte inferior y así separan el grano de la paja. 

  Como se ve el río discurre por un angosto cañón y la localidad se encuentra en una ladera, de la ladera que da refugio a la localidad surge un pequeño cauce de agua que divide en dos partes a la misma. Por encima de esa surgencia existe una cueva por la que llega el agua filtrada en épocas de grandes lluvias o nevadas, la cual se introduce a un sumidero que se encuentra como a unos 200 metros de la entrada saliendo normalmente por la surgencia, pero se han producido ocasiones de ser tanta el agua filtrada que sale por la boca de la cueva.   

  Tras un pequeño recorrido tranquilo ese agua llega a un pequeño precipicio en el que se construyeron molinos aprovechando la fuerza del agua para moler el grano.

  Ese precipicio escalonado con la suficiente cantidad de agua forma una bella cascada que es la que trae numeroso numero de visitantes y como se aprecia en alguna de las fotos "mucho" y eso a que quizás por orografía la carretera no es muy ancha y hay quien aparca donde le parece esos días los servicios no pueden llegar debidamente a la localidad. 

  El pequeño puente de la carretera separa la cascada de las pequeñas pozas de aguas cristalinas y el cauce que finalmente dirige el agua al río Ebro.

  

   Si que el agua que podemos ver en este tipo de cascadas depende de la cantidad de agua o nieve caída, pero me comento un familiar bien pudiéramos haber ido otro día y no en pleno puente del 1 de noviembre.