El pasado viernes cuando las temperaturas descendían salí a dar un paseo por una de las zonas de pinares. Cuando llegue a lo alto del paramo tenía de fondo parte de la montaña palentina.
La tercera de las fotos vemos la montaña que conocemos como peña Redonda por su forma. Pero a a foto la podría titular "El Gigante sobre un colchón de pinos". Ya que asemeja a una persona recostada tanto vista desde el sur como desde el norte y a dado origen a una leyenda.
El valle que se encuentra en el note se le conoce como "Valle Estrecho" y según esa leyenda en ese valle habitaba un gigante que tenía una hija. Cuando esa hija decidió ir a conocer mundo el gigante desesperado se recostó sobre la sierra convirtiéndose en piedra.
Al alzar la vista se podían ver nubes de curiosas formas.
La luz que entraba entre los pinos se asemejaba a una bola de fuego.
De nuevo en el camino lo que parecía arder era el cielo mas próximo al lugar donde el Sol se despedía hasta el día siguiente. Las nubes dependiendo de la altura y distancia a ese punto eran mas o menos bellas, con un color mas rojizo o color oro.
Quien no se si se detentaría a contemplar ese cielo tan bello sería el agricultor que se encontraba recogiendo la paja en grandes fardos.
En el camino de bajada entre los pinares hay fincas cultivadas, una de ellas de girasol cuyas semillas son usadas para extraer aceite para consumo humano o alimentación animal.
Dado que hay algunos girasoles rezagados os puedo dejar casi el ciclo completo, aunque vemos que en uno han cortado un trozo de haber sido alguna persona para comer no creo estarían en su punto.
Si fue lo que dije antes que alguien las quiso comer es algo que yo no aconsejo ya que en los primeros años que se introdujo el cultivo en la zona hubo personas que pensó eran como las que se usan de aperitivo, pero su alto contenido en grasa hace que duela la cabeza según me comentaron.
En otras fincas que se pueden ver sin recoger, pero no tardaran, son unas sembradas de garbanzos. En una de ellas un poco alejada del camino una hembra de corzo decidió comer unos para cenar. Como veis si que miro hacia donde me encontraba pero creo que dijo otro paseante y ni se movió del sitio.
Es difícil fotografiar las ardillas. Lo he intentado en el Retiro de Madrid y como saltaban de árbol en árbol, no conseguir cazar alguna.
ResponderEliminarMuy bellos los paisajes que has mostrado.
Respecto a tu comentario en mi blog. Tengo que aclarar, que el acceso a la playa no es únicamente por esa escalera. Hay otra con escalones normales y dos rampas de acceso en distintos lugares. Sin embargo, yo no cogí ninguna de ellas, porque hice el camino andando desde la orilla de la playa Victoria hasta llegar a ella.
Un abrazo
Espectacular paseo en la naturaleza cuando ésta parece no haber despertado todavía. Es entonces cuando se captan los matices de luz y de sombras, el silencio todavía continúa imperando y los animales, todavía confiados, salen antes de recogerse.
ResponderEliminarUn saludo
Magnífico paseo, Tomás. Cielos mandando mensajes, bosques denunciando un fuego, guiño al agricultor y toda esa belleza natural que con tus fotografías tan bien sabes recoger y comentar en esta página.
ResponderEliminarGracias.
Imagino ter sido um passeio muito bonito. As fotos são deslumbrantes.
ResponderEliminarSemana feliz
Gorgeous epic skies and fantastic sunflower portraits
ResponderEliminarGenial paseo me gusto ir contigo mirando las nubes, los atardeceres y los girasoles. Me encantaron todas las imagenes. Te mando un beso.
ResponderEliminarPasseio maravilhoso, meu querido e Tomás. As fotos ficaram incríveis. Uma excelente quarta-feira com muita paz e saúde.
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