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lunes, 27 de abril de 2020

Viriato, Terror de Roma; Zamora.

  Siguiendo un poco con el tema de mis anteriores entradas sobre algo que nos une a portugueses y españoles, me voy a un personaje que forma parte de nuestra historia antes de existir ambos países no es otro que Viriato.
  De este lusitano del que desconocemos tanto su fecha como lugar de nacimiento y cada país lo ponemos dentro de nuestro respectivo territorio, lo que si es posible es que sería de la raya.
  Su leyenda comienza en el año 147 a.c. cuando escapa de una encerrona organizada por Galba. A partir de ese momento organiza un ejercito que usando el ataque por sorpresa y escapar, lo que conocemos como guerra de guerrillas, obteniendo muchas derrotas al ejercito romano al mando de valiosos de grandes generales.
  Durante el sitio de la ciudad de Numancia apoya a los numantinos contra Roma. Cuando toma el mando del sitio el general Escipión sobornando a sus lugartenientes que lo matan, cuando van al campamento de Escipión a cobrar la recompensa les paga con la celebre frase "Roma no paga traidores" esto fue el año 139 a.c..








  En la base de la piedra que sirve de pedestal nos encontramos una reproducción de un ariete romano usado para destrozar las puertas y murallas, en aquella época bien eran de tierra o maderos puestos en pie uno junto otro, de las localidades asediadas. 





  En esta plaza estaba el escenario donde estaba programado hacer algún acto en el desfile de las mascaradas que os hable que no se pudo realizar.


6 comentarios:

  1. Me encanta Portugal maravillosos vecinos, si te das cuenta salen de todas sus crisis siempre en silencio y todo porque se unen omo una piña, vamos igual que aquí.

    Bonito reportaje y bonita historia las que nos cuentas hoy.

    Abrazote utópico.-

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  2. Um grande Guerreiro tão cobardemente assassinato enquanto dormia. Gostei das fotos
    .
    Saudações amigas

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  3. Creo recordar haber pasado por ahí y haber sacado alguna foto.

    Besos

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  4. Recuerdo que la última vez que estuve en esa plaza hacía muchísimo calor y nos sentamos a la sombra de esos árboles, a los pies de Viriato.
    Un saludo

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